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A Fernando no le gusta Huidobro

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Por Marta Luz Manríquez Morales Le leo a Vicente Huidobro engolosinada en las palabras sorbiéndolas como pequeños sorbos d de vino blanco Pero a él a mi pequeño Fernando no le gusta Huidobro Mira hacia el techo mira por las ventanas busca imágenes en el televisor apagado ¿Por qué no te gusta? le pregunto frustrada a Fernando le gusta Federico García-Lorca Neruda, la Mistral y hasta mis versos Pero taimado replica que no le gusta Vicente Huidobro y me aclara "Es que parece niño chico"

El origen del pueblo mapuche (epew relatado por Clara Raiman)

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Por Marta Luz Manríquez  Morales Cuando yo era una niña de no más de diez añitos , iba a menudo por las tardes donde mi tía Elena Ramírez a tomar onces porque me atendía la Clarita Raiman , su nana , una mujer mapuche originaria de Lumaco. Tenía la Clarita unas manos morenitas que eran capaces de cortar leña y hacer pan amasado , cocinaba como los dioses , agregando a la cazuela un pichintún de merkén para darle sabor y adornando las ensaladas con perejil picado finito cuyo aroma encendía la gula. Pero lo que más me gustaba eran sus cuentos, epew se que se llaman ahora. Los había escuchado de la boca de su abuela junto al fogón y tenían una magia que solo conocen los cuentacuentos. Clarita me daba mate bien calientito y tortillas de rescoldo que ella misma preparaba . Siempre las abría calentitas como estaban por un lado y les metía queso o quesillo , el cual se derretía haciendo un manjar delicioso de ese pan tan sencillo. Al segundo mate , su voz ca

Muerte en el bosque

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Por Marta Luz Manríquez Morales Ví voltear un árbol a la orilla del camino Sentí como los espíritus de sus ramas Daban gritos de agonía Me extrañó no ver un río de verde sangre Porque un árbol es también una forma de vida Pensé en todas las primaveras Que se llenó de pájaros Que cobijó sus nidos En las veces que el sol lo sorprendía Llenando el aire con suaves sonidos de trinos Ese árbol tenía ramas y tronco vivos Era parte del bosque Regalaba al hombre Sombra y oxígeno Me uno a la madre-tierra En su pena profunda Porque he visto morir A uno de sus hijos  Fotografía: Lorena Ledesma

Las mujeres decentes no escriben poesía (a Pedro Peña y Silvia Manríquez)

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Por Marta Luz Manríquez Morales Nunca lo pedí me lo regalaron Nunca lo ostenté Era natural en mí Desde niña lo cultivé Vino de mi padre y a mi hijo lo heredé El arte de la poesía viene en el alma como un gen alelo Algunas veces se pierde con el paso de los años otras crece con el paso del tiempo Y este raro regalo trae consigo el viejo clásico del don-maldición Es una rosa de fuego que arde en tus venas y sus espinas te rompen los hilos del corazón casada un día a los veinticinco años con un muchachito bello y huraño me dió a beber veneno en una frase fría "Las mujeres decentes no escriben poesía" Y esta frase sencilla acabó con mis sueños roto mi matrimonio la escucho de nuevo porque sé que así piensa otra gente querida "Las mujeres decentes no escriben poesía" Las mujeres decentes se quedan en su casa dejan que el tiempo les apague la llama Se consumen virtuosas No buscan amores Se marchitan en sus jardines n

Traiguén, un pequeño pueblo al sur del mundo

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Por Marta Luz Manríquez Morales Quiero hablar de mi pueblo, de mi pequeño pueblo, mi Traiguén. Su nombre en Mapudungún o lengua del pueblo mapuche, significa "salto o caída de agua" TRAYEN-CO.  Fue fundado como fuerte militar el 2 de diciembre de 1878 en lo que habían sido las tierras del cacique Quilapán. Su fundador fue Gregorio Urrutia. Rápidamente la villa creció, los franciscanos trajeron un convento y la población civil fue en aumento. En 1903 empezó a correr por sus calles el primer tren eléctrico de Latinoamérica. Llevaba desde el molino "El globo", de propiedad de don José Bunster, su carga de trigo hasta la estación. Hoy, esa misma locomotora , que era originalmente amarilla, pero que fue teñida de gris, un color más acorde con el espíritu chileno, está frente a la estación abandonada y vacía de trenes, en su pedestal. Muda testigo de la historia , duerme allí su sueño , mientras las manos irrespetuosas de jóvenes la rayan

Los niños del SIDA

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Por Marta Luz Manríquez Morales nadie tiene la culpa ni la prostituta triste que vendió mal sus amores ni el marica oculto tras un impecable buen nombre todos, todos fueron al baquete de Eros y volvieron con Tanattos en la sangre todos, todos quisieron libar miel y tomaron una copa de vinagre nadie tiene la culpa ni el marido infiel que equivocó de cama ni el libertino Don Juan que suma sus conquistas para sus camaradas todos, todos quisieron beber Ambrosía y la copa tenía veneno a nadie, a ninguno yo condeno pero me duele en el alma el niño que tiene Sida porque la muerte se ríe en su carita compungida y su sangre lleva esa muerte que aniquila los bracitos delgados que roe las piernecitas tiernas que duerme bajo los hinchados párpados que machaca esos huecesitos esa piel pura esos ojitos de ángel esa sonrisa de santo yo no condeno a nadie no culpo a ningún ser humano todos son mis hermanos pero esos niños del Sida me duelen como si fue

La primavera de María

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(DEDICADA A LA ACTRIZ MARÍA CANEPA, FALLECIDA EN NOVIEMBRE DE 2006)    Por Marta Luz Manríquez Morales Llegó la primavera, María vístete de blanco y descálzate para ir al teatro las mariposas azules de tu mirada miran el mundo desde el agua vístete con el traje de Lady Macbert, María El telón se levanta  y tú traerás la magia a tus silenciosos espectadores Y vístete de novia porque vas al sitio Donde son eternos los amores Donde ni hay amargura Ni infidelidades Ni soledad Solo felicidad Llegó la primavera, María "Fuenteovejuna, Señores" Dijo tu voz serena en las tablas Ayer y hoy, mi linda El teatro de tu vida acabó Tus cabellos blancos y delicados, María Tu rostro aristocrático Tus dedos finos Tu voz maravillosa En el mar se dormirán Dormirás con tu amiga Alfonsina Reirás con el grito de las gaviotas Saldrás con el sol cada mañana En la mariposa de colores tú volarás Llegó la primavera, María Cánepa Actriz maravillosa Muje