Sin embargo
Por Marta Manriquez Morales HE ABRAZADO LA CASTIDAD CON EL ENTUSIASMO DE UN MONJE CON EL ENTUSIASMO CON QUE UN ADOLESCENTE ASUME SU SEXUALIDAD EN LLAMAS CERRÉ LA LLAVE DEL CORAZÓN EMPEQUEÑECÍ MI LECHO PARA QUE NI LA LUZ DE LA LUNA LLEGUE A ROZARME ME HICE DE HIELO VOLUNTARIAMENTE Y SIN EMBARGO A VECES QUISIERA UNA MANO CÁLIDA ACARICIANDO MI VIENTRE