Al pueblo Mapuche (Temuco 1985)

Nativa mapuche con atuendo tradicional en el mercado de Temuco, Chile (1983).
De todas las auroras
de gritos estranguladas
De todas las primaveras
congeladas en atárticas
Tú eres el sol
que se tapa con los dedos
Tú eres la voz
que pretende callar un ronquido
Mas la voz que no suena
está dentro y es una cascada
de pasado y presente fundidos

Tú eres el dueño de la tierra
tú eres el guardián de los fantasmas
Eres el volcán
y la lluvia
y la sangre
y esa sangre hoy
ruge como mil pumas heridos

Por ello
yo voy a ti con las manos abiertas
porque hay algo tuyo en mis venas
porque tú me llamas y yo corro a abrazarte
y en la aurora de gritos
yo grito con mi silencio
y mi silencio ayuda
a apagar las voces airadas
de los que pretenden
borrar tu sonrisa morena
de los que no saben
que el fuego de tu mirada
no lo apagan
escupos de guanacos furiosos

Pero hoy con cuchillos
quieren cortarte los ojos
quieren estrangularte
tu identidad de tierra borrar
y no saben que tus loncos
vienen gritando por calles
en que el asfalto
no puede ocultar los ojos
del pasado verdadero
el que nunca contó la historia

La mano que te afofetea
se va a secar, Peñi
y la boca que te injuria
se pudrirá de gusanos
y los ojos que te odian
se caerán de sus cuencas
nosotros apedrearemos
los dientes que rechinan
al oir tu canto

Porque la lluvia del sur es tu llanto
y los huesos de "ellos"
se pudrirán al sentirte
y sabemos que la verrdad
cegará como a trigos vanos
a los que ladran con odio
a tu luna deslumbrante

Peñis
el ronco graznar de mi boca
se adhiere a los ríos
de llanto y sangre de vosotros
y mi canto quiere cantar
vuestro canto
porque soy tambien de la tierra
y mi vida quiere luchar
por vosotros
porque la tierra sea vuestra
como antes lo era
vuelva entonces a abrigar vuestros sueños la madre
a escuchar risas y a mirar
sonrisas de sol en diciembre
y a saber que el cielo
sigue siendo vuestro techo
y el árbol vuestras manos generosas

sois una madre grávida
de anchos pechos llenos de esperanza
que lavais en la lluvia la vieja afrenta
y algún día sanaran esas heridas rojas
cueste lo que cueste
aunque sea nuestra travesía
un vieje de ida y vuelta
al infierno subterraneo
pero la tierra , el mapu
volverá a su legítimo dueño

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