La Creación


Por Marta Luz Manríquez Morales

Clarita Raiman me contaba cuentos para entretenerme. Este me lo contó, pero años después escuché una versión cantada de la boca de una ñañita. Su canto, en su idioma Mapudungún tenía una belleza mística. No sé por desgracia la lengua de la gente de la tierra, pero entendí el sentido de su relato.

Antes del mundo, Ngenechén soñó el mundo. Soñó la tierra, el mapu y soñó al mapuche y a los animales y las plantas.

Y cantando así los hizo.

Entonces los guió a la tierra junto con otros espíritus que participaron en la creación.

Y les ordenó que pusieran nombre a todo. Pero Chau-Dios no tiene nombre porque él no tiene miedo de no existir.

Y entonces les dio un orden y un equilibrio que seguir. Si el hombre no respeta el orden viene el sufrimiento.

Huecufe o wecufu trae desgracia. La tierra no produce, se malogra la cosecha. A la papa le entra tizón. No llueve o llueve mucho. Gente se enferma.

Entonces la machi recibe señales y sueña qué hay que hacer y qué no.

El español no sabe -dicen- escuchar a Dios. Le reza y le prende velas. Pero no hace caso de los sueños.

La mujer sabe escuchar.Porque escucha con los oídos y con el corazón.

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