Dónde van a morir las mariposas
A Fernando
Por Marta Luz Manríquez Morales
Cuando muere una mariposa, su alma vuela hasta un bosque mágico y se
une a otras mariposas transparentes que llenan de luz el lugar.
Estas
mariposas le dan su color al arcoiris y su misión es acudir
donde hay un artista pobre desalentado. Allí se posa sobre el hombro del
pintor, del artesano, del cuentista, del poeta, del cantautor y susurra
palabras mágicas.
El artista no la puede ver, porque está hecha
de pura luz, pero siente su presencia y se inspira nuevamente y crea
cosas bellísimas, como tus ojos.
Pongamos en la tierra a la mariposa muerta para que su alma pueda volverse luz e iluminar la vida de un pequeño creador.
Mira... nadie muere, sólo se desprende de una cáscara vieja para poder
emprender un viaje maravilloso que termina en el corazón de Dios.
El espíritu de las mariposas sigue acompañando y alentando a los creadores. Hermoso relato, Marta.
ResponderEliminarMe encantó, realmente hermoso este relato.
ResponderEliminarMientras lo disfrutaba recordé una leyenda guaraní que habla de una pequeñas mariposas que para rescatar a una amiga herida en una tormenta se sacrifican al dios Tupá y acaban convirtiéndose en Arcoiris. La nobleza de estas pequeñas es bien popular y se integran a la literatura a la perfección con su magia y color.
Un gusto leerte, un abrazo.
Que hermoso cuento! Tiene un hondo significado, muy dulce Marta, abrazos!
ResponderEliminar