La Pingüinera

Por Marta Manríquez Morales Yo nací en verano, por eso cuando llega el otoño, palidece mi alegría y como hoja seca tiemblo de frío y estupor. Con los otoños me vuelvo melancólica y azul. Mi paso se vuelve cansino, encierro mi cabello en sombreros y abrigo mi pecho. Los otoños me acuesto temprano y paso horas tejiendo junto a la cocina a leña. Tomo café, como chocolates y hablo con mi gato que se ovilla a mis pies. Una sombra gris pende sobre mi cabeza, río menos, converso en voz más baja. Por las noches llueven mis ojos cerrados y amanezco con la almohada anegada. Un cielo gris parece estacionado sobre mis sueños Sin embargo, en el lugar secreto de mi corazón, donde pocos han llegado.... arde un fuego con espléndidos leños.

Por Marta Manríquez Morales EN MI PIEL VA PEGADA LA POESÍA ES LA PIEL DE MI PIEL EL ALMA DE MI ALMA LOS OJOS DE MI CORAZÓN ES EL FUEGO DE MIS ENTRAÑAS LA PAZ DEL OCASO EL AGUA QUE RECLAMA MI SED EN MI PIEL VA PEGADA MI LOCURA POESÍA... MI TODO Y MI NADA POESÍA LAS ALAS QUE ME HACEN SUBIR A SER UNA CON DIOS

Por Marta Manríquez Morales AHORA QUE TENGO HILOS DE PLATA EN MI CABELLO ANUNCIANDO MI OTOÑO, HE APRENDIDO A AMAR EL OTOÑO... LA HOJA PALIDECE COMO DONCELLA  A PUNTO DE DESMAYARSE, O SE CUBRE DE RUBOR INTENSO, SE DESPRENDE Y DESCIENDE A DORMIR EN EL SENO DE LA MADRE TIERRA... O TAL VEZ SE VUELVE PÁJARO Y EMIGRA A TIERRAS SOLEADAS

De Oscar Castro El junco de la rivera y el doble junco del agua, en el país de un estanque donde el día se mojaba, donde volaban, inversas, palomas de inversas alas. El junco batido al viento -estrella de seda y plata- le daba la espalda al cielo y hacia el cielo se curvaba, como un dibujo salido de un biombo de puertas claras. El estanque era un océano para mi barco pirata: mi barco que por las tardes en un lucero se anclaba, mi barco de niño pobre que me trajeron por pascua y que hoy surca este romance con velas anaranjadas. Estrella de marineros, en junco al barco guiaba. El viento azul que venía dolorido de fragancias, besaba de lejanías mis manos y mis pestañas y era caricia redonda sobre las velas combadas. Al río del pueblo, un día, llevé mi barco pirata. lo dejé anclado en la orilla para hacerle una ensenada; mas lo llamó la corriente con su telégrafo de aguas y huyó pintando la tarde de letras anaranjadas. Dos lágrimas me trizaron

Por Marta Manríquez Morales NO ES SIMPLEMENTE LA VIDA ES TU VERSO QUE TIENE ALAS ES EL NIÑO QUE FUISTE PASEÁNDOSE POR LA CASA DEL MAÑANA ES EL JOVEN RANCAHUINO EL POETA DE RANCAHUA QUE TRAE A NUESTRO SILENCIO UN SILENCIO DE PALABRAS NO ES LA VIDA SIMPLEMENTE ES LA VIDA QUE VIVISTE QUE TE COGIÓ DE LA MANO Y TE HIZO INMORTAL OSCAR CASTRO CHILE ENTERO HOY TE CANTA

Por Marta Manríquez Morales Había una vez un grillo, sí, Fer, me pediste un cuento de grillos. Este dice así: Había una vez un grillo que habitaba en una casa vieja de un pequeño pueblo. Era muy talentoso con el pequeño violincillo adherido a su espalda que tocaba cuando la casa quedaba en silencio.    A todos, inclusive a los tres gatos de la casa les gustaba oírlo. Su canto los tranquilizaba, les daba confianza y soñaban como angelitos. Una vez al grillo se le ocurrió salir de vacaciones. ¿Cómo se llamaba el grillo? Armonía, no, no era grilla ni grillete, era grillo, pero se llamaba así. Bueno, el grillo se fue a una gran ciudad con mucha gente y tanto ruido que nadie lo escuchaba tocar su violín. Pero una noche llegó a una fría y pobre habitación de un viejisimo hotel. Allí vivía un músico que alguna vez había sido muy famoso, había tenido dinero, mujeres, todo... pero como no era muy previsor, o sea, como no pensaba más que en pasarlo bien, al envejecer se quedó sin dinero

Por Marta Manríquez Morales  LA TAREA DE UNA ESCRITORA NO ES FÁCIL. DEBE COMPROMETERSE CIEN POR CIENTO CON LOS VALORES ESENCIALES DE LA JUSTICIA, LA LIBERTAD Y LA SOLIDARIDAD. DE LO CONTRARIO SU ESCRITURA SÓLO SERÁN DELIRIOS EGOCÉNTRICOS. EL PRIMER AMOR DE UN ARTISTA DEBE SER SU PUEBLO.